LA
AMANTE
¡Está, la noche que
se incendiará su cuerpo!
El desafío de lo prohibido
trae frecuentes encuentros
los anocheceres… se
llenan plenos de ambrosías
Una vez más la noche de
los amantes se vuelve loca
Y los pezones son
tersos como los brotes
Y los pechos alzados, ¡derechos! Como campanarios
No digas ya, nunca
más, volverás –él lo afirma-
Apoyada al cristal,
él la posee,
y ella no puede
evitar cerrar los ojos
él, la aprieta, hasta llegar a besar su pelo rizado
se despoja de rastrojos,
como ella de castidad,
de las calles azules y adoquines,
de los vientos
acanalados grises
¡Oh, bebe, bebe!, que
es más que sed
es más
que una agonía,
¡déjame a mí, beber
de tu fuente!
Nuria.
registrada con éxito con MyFreeCopyright.com.
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