Como un gran imperio apareciste
grande, vibrante, deslizando luz a mi herida
yo, te guardaba, como una veneración
te acechaba silenciosa... sutilmente
aun si... mis ojos, hubieran sido ciegos
y el rayo, hubiera alcanzado mis cansancios...
si el cielo hubiera temblado de repente,
ni la mínima sombra, se hubiera interpuesto
llovió esa... la noche, el silenció entre barros,
tú, vienes soberano, ornamentando tu oropel
eras dueño rey, alma contra alma
te creías ganador en la batalla
no sabias que mi alma, vibra en la sombra
entre zarzales escondo, las lágrimas
y la bravura, la expongo, y renace,
blanca, como la difunta palidez
tú, habías sido venerado,
yo, seguirla siendo, lirio y tú, el polen.
Nuria.