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sábado, 16 de agosto de 2014

Solo alguna vez...

Solo alguna vez...
Alguna vez, pido una caricia
y veo ojos despojados de amor.
Alguna vez, pido silencio
y el dolor grita mas que nunca.
Alguna vez, quiero ver sombras
y siento que aun hay alguien que ama.
Alguna vez, espero la mañana
y el rocío llega frió y tembloroso..
alguna vez, rezo.
Y mi alma está quieta, como un susurro muerto.
Dame un día mas para odiar mis errores.
Déjame mis ojos en la infinitud,
que tengo derecho a la tristeza.
Nuria.
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viernes, 15 de agosto de 2014

EL DÍA SUCUMBIÓ...




EL DÍA SUCUMBIÓ...

Cuando el día sucumbió en sueño
buscando su manto índigo...
emergió apresurada, una noche argentada
como la tibia flor nocturna deseosa de caricias

 perlas de cristal, en el cáliz sediento
ígneas, poderosas, en cálidas noches resplandecen
pidiendo al viento que unos brazos las acune
cuando el rocío se pose en sus pétalos sedientos.
Cielo argentado de estrellas como pupilas pestañeando
su belleza presumen, en el agua apacible
sigilosas contemplan las flores nocturnas
¿Serán aves obscuras expectantes,
de alzar el vuelo por la mañana?
¿Pájaros... que adormecen en sus almas?
Nuria,

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miércoles, 13 de agosto de 2014

YO AUN RECUERDO

Yo, aún recuerdo mis manos perfumadas.
Entre el tímido sonar del verde follaje
emergieron extenúes las lilas aleteando mañanas
ahora desfallecen ante el sol de mayo
cuando la calima albergó dolor en su salvia.
Pobre el alma mía, endeble, postergada.

Llegó gimoteando, lágrimas imperceptibles 
así llora mi dolor, en la incipiente herida 
en la gota primeriza que inició el dolor.
De nácar la luna vivió esa noche, ceñuda
así, como en un lecho las soñolientas estrellas.
Pestañeando brillos de plata.

Allí, los besos escondieron tan pesado manto
hundiéndome en unas lágrimas perturbadoras
las sombras, condujeron las auroras mas primerizas
¿Cuando se perdió ese candor... el aroma y la flor?
¿Donde anclaban, las flores desgarradas,
de tijas... de hojas, sedientas de lagos?

Nuria.

lunes, 11 de agosto de 2014

QUIEN SABE

Quien Sabe

Me adentré, hasta el pórtico de tus labios 
tú, penetraste en la veracidad de mi alma

 la anestesiares de dolor, calmando fragmentos de miedos.
Como la inquietante noche te adueñaste, de mi esencia

¡Hay crepúsculo vespertino, colosal crepúsculo! Buscando el sol de poniente...
De tus colores, renace este amor prohibido.
Se crea...y se desaliña en la distancia ¡Y muere! ¡Y muere!
En ti nacen las sombras errantes, cadentes de versos

en el miedo, hay la renuncia de este amor, aún latente.

¡Hay alma!, Donde adormeces para encontrarme en ti.
Centinela del cielo, decidme... que ya rozo la locura
ni el color crepuscular me calma ...y llega la aurora tan sola...
El dulce bálsamo prisionero de mi almohada,
que impregna de aroma mi pelo, con aromas de canela

En tu sombra reflejada errante y eterna.
Eterna y errante, donde el amor ¡nace o muere!
Donde se esconde el incierto horizonte de mi misma
en el caminar de azares, entre zarzas, entre olivares
¡Quien sabe, quien sabe!

Nuria.

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domingo, 10 de agosto de 2014

LA MORADA

La Morada
Veo tus ojos lanzar miradas de fuego
como una boca enorme que vomita magma
el calor de tus manos, elevan al cielo mis temores
tú, te tiendes en mi herida en ardiente deseo
y me seduces con tu beso candente 
danzaba mi alma, en cada sombra de un arroyo
enamorada... ¿Donde esconderse cuando el amor aparece?
y se queman los tesoros ocultos como gemas valiosas.
Eres la codicia amante, eres la súbita luz del deseo.
¿Quien no quiere recoger un tesoro, brillante como el oro?
tú, amor, envuélvete como el paraíso en nuestras manos
y lleguemos a los confines del cielo, hacer de un nido la morada
¿sera cierto el nido? o ¿arderá la morada?
Nuria.