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miércoles, 7 de marzo de 2018












LA TARDE PESA

La tarde va cayendo
y en su retrato la luna pesa,
se sostiene sobre mis hombros
como una rara penumbra.
Pase señora,
deshilache la tristeza
que mis hombros aguanten,
toda la creación.
La tarde va cayendo,
y con ella mil fragmentos de luz
¡Se me llena el amor de gritos ¡
se estremece hasta la vida.
Dime…
porque te alejas tan temprano
si la noche recién florece,
si no es escarcha lo que ves,
aunque se parezca a la madrugada
dime…
por donde se escapó tu risa
tíñemela con solo un beso
mis labios aún guardan tanta brisa,
perdóname…
Sí fui yo quien planto la desidia.
Cuando sabias perdonar…
Te dije que tu pelo era negro carbón,
y que tenía gusto a alquitrán,
perdona, ahora mi pereza
cuando el lápiz ya se despega,
si te digo, que con permiso de Gustavo
en mí balcón aun van anidando,
nuestras oscuras golondrinas.


Querido amor

Hoy, dejé la ventana abierta del sur
Hoy, te revuelcas como una gaviota herida,
no nos engañemos…
Las nubes, están rebosantes de lágrimas,
Son anillos del alma, trombas traen.
Querido amor,
la presencia tuya ya es un eco,
lejano y triste.
 Eres, como un anillo perdido,
En un joyero oxidándose
parecido a un vagón de tren
aquel,
que me devolvió todas las tristezas.
Por si acaso alguna vez me nombras…
Hoy,
quiero sacudirte toda preocupación
porque ya nos hemos deshilvanado
amado amor,
alborotas furioso por los ventanales,
¿No vistes el sol que calienta las sabanas?
Vuela con tus alas de abeja,
por todas las flores de la primavera
Querido amor…
No te pierdas, por las montañas de Castilla.

Nuria.