Pasan por mi vida poco a poco
y las miserias entierran fugazmente el dolor
pasan...y enjuician sin derecho
lanzo un suspiro tan agónico que claudica en amargas caricias
lagrimean mis ojos del cansancio de este larga penitencia
todos me rozan y se escapan como lagartos
¿Y el sueño pueril donde quedo,
donde se escondió mi sueño de niña?
¿Donde encontrar esas manos tiernas, que se posen en mi cintura?
que se adhieran a los goces de mis caderas
las noches se harían ágiles como gacelas.
Pasan...pero ninguno sabe amar mas allá de debajo de mis enaguas
las promesas salen como serpientes de sus bocas
ningún cristalino iris se posó en mis ojos, con demasiado tiempo para amarme
¡Y cuanto queman las entrañas!
tiembla mi cansado cuerpo
se alumbra mi lecho cada noche, y ofrezco todos los secretos
pasan...y alguno deja una rosa de esperanza,
bebo, de sus bocas sedientas, y abrazo el dolor envuelto en fragancias
pasó el frío invierno demasiadas veces...quemándome
y pesa el cansancio, como un sudario
ninguno dejó una gema de esperanza
nadie se percató del delirio de mi cuerpo
¡nadie se dio cuenta del aroma de mis blancas magnolias!
cuanta palidez siento en el alma...
¡que mataría! porque se despojaran...
de un solo suspiro.
Nuria.
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