Te regalo mis ojos
reposa el iris
de tu lúgubre hoguera
que despavorida, huye cuando me ve
en la lumbre se retuerce
rizando la vieja llama
te asemejas al ciclón
pero él, teme
a Dios.
al ama
Pero tú, a que temes,?
de qué, temes,?
cuando el hijo nace ciego, cada mañana
en el rincón de esta cama
enlutada
inútil
asqueada
en pechos
huérfanos de hijos
Nuria.
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