¿Y si hoy, fuera la tarde, que de puntillas se acercó el desengaño?
Como la triste canción de otoño,
Que, desde una ventana entreabierta se escapa.
Como el humo de chimeneas ajenas,
Tú, te alejas, en sombras sin forma.
Donde tú moras, se haya el hastío, en un reposo indiferente.
Eres disfraz, de sonrisas inertes.
Ahora me queda el vacío, en una triste soledad.
Tantos acordes perdidos, en tanto amor reducido,
Cuanta lástima, llena de sosiegos, se inundan en un alma
Esa lágrima que se desprende, ¿Quien sabe su destino?
Es difuso ya, el brillo de mis ojos.
Pero yo, renazco de entre las cenizas.
El fuego fue arduo, pero siempre existen huellas, a las que seguir.
Quizá el amor sea eso, enraizar rencores, y seguir...un cortejo lleno de temores.
Nuria.
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