Guardar tu voz en el abrigo,
de los sentidos... Palpitar escondido
temerosa alma de noviembre
desafiando la vida al frío.
Te escondes en esa caracola circulante
y en sedas traslucidas
¡Como destella el gran sol!
Cuanto te asustan esos pequeñas pliegues en tus ojos
tus ojos inertes a la vida, viven...
Es su incapacidad al amor, al miedo, al olvido...
es esa flor que se desnuda de la rama
es ese diseño, que ha perdido el compás en el tiempo
tú lloras, por esos pequeños surcos
y no dejas que tu alma cante.
Son alas rotas que impiden el vuelo
de ese otoño, de ese caminar lento
cuando en tu fragancia, de mujer amante,
y el la guarida, cueva de tus deseos
guardas derroches, de noches de besos,
abrazos y sexo.
Nuria.
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