¡O! dolor, ¿Acaso el corazón te habla de mi pasado?
Como doliente abrasas mi cuerpo,
y lo cubres con un manto de lunas
como espera el crepúsculo el descanso,
y me obliga a devorar en sueños... miserias.
Como se franquea una cerradura
cuando hurtaron todo lo que ofrecía
en un silencio tan cómplice...
Cuando las jornadas invadidas
son esclavas de suspiros.
Desdeñaste mis pechos, manantial de dioses
blancas, plateadas estrellas sucumben a ellos
y reverencian tal belleza, endiosando placeres
como dioses paganos acceden
como dos hogueras... Queman.
blancas, plateadas estrellas sucumben a ellos
y reverencian tal belleza, endiosando placeres
como dioses paganos acceden
como dos hogueras... Queman.
Nuria
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