A mi también
Me gustaba fornicarte
En la cocina
De tus padres
Cuando dejaban
La casa sola
Entre el cerro de ollas
De peltre con baño
De estrellas negras
Que se exponían entre
Las repisas de tono pino
La mesa era de un laminado
Plástico y soportaba
Las embestidas como
Un inválido
Toro mecánico
Con sus largas estacas
De acero que eran las patas
Tus piernas
Totalmente abiertas
Y tu espalda aplanada
Contra la cubierta de madera
Sintética
Y mi beso
Masticado
Entre tus dientes
Recuerdo la vez
Que me rodeaste con tus piernas
Y te cargue desnuda por los
Pasillos aledaños
Sin dejar de empujar
Mis nalgas al penetrarte
Y te golpeaste la cadera
En un saliente de concreto
Que era la barra de la cocina
Tu padre
Diseño mal la casa
De sus niñas
Nunca pensó que
Harían el amor como gatos
Años después de jugar
Al té en los escondrijos
El golpe fue enérgico
Me detuve aterrado
Al pensar que te hiciste daño
Pero tus manos no me soltaban
Y yo aun dentro de ti
Me encorve en hombros
Como un soldado al frente
Corriendo entre los murmullos
De las balas
Te pusiste de pie
Y baje mi boca
Para besar tus heridas
Ya era bastante la saliva
Que corría por nuestras bocas
Ya era bastante
Con la sangre
Que hormigueaba
En nuestros cuerpos
Aun calientes
La cocina
Era un gran lugar
Para cegarnos
Entre
Caricias, besos
Y uñas
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ResponderEliminarCuervo Sanchez, un joven poeta de México, realmente bueno, sigamos su camino, seguro, nos dará sorpresas muy gratas, solo me queda decirte, gracias Cuervo
ResponderEliminarserás un gran poeta.
Nuria.