El recuerdo, tu recuerdo,
cuantas veces lo maté
con la uva la roja la sed sacié
y cuantas otras, reviviste en mi.
Tú, y tu boca de uva, me saciaste amor
acariciaste besos de suaves pétalos
ya no hay retroceso tan efímero fuiste...
en silencios y ausencias.
Te instalaste tan adentro...
¡aquí... aquí, en donde todo cabe!
y convive el amor, odio, desengaño y desdén
el repique de un amor asustadizo
Ya, aquí adentro, en el alma
que ahora muere, agónica
y suplica esperanza al alba
Nuria.
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