Aun cuando vi caer el rayo a mis pies...
¿crees que la ciega luz enturbiaron mis ojos?
Al presenciar tus manos, acariciando esa faz de rosa
de pupilas estrelladas como dos brillantes.
Aun así, yo te seguí amando
Llegarán tus miedos. La noche que habitarás desalientos
cuando tu alma se halle abierta de par en par
amando, besando, acariciando otros labios ajenos a los míos
y sientas que se enturbiaron esos ojos de brillantes
y el beso es yerto, frío, desierto de luces...
Desencadenará el incendio, y los abismos se abrirán para ti
aun así, amor mío, en mis atardeceres rogaré ver tu efigie
seguiré el rastreo, buscando huellas del pasado
apartando mis grandes ojos del oscuro atardecer de mis días fríos
y atándome con cadenas a los recuerdos
Recordando el fino cristal de tus ojos
el vino, que depositabas en mi boca
me iré con la sonrisa puesta, rogando, suplicando que,
ella, la muerte, me regale tú nombre.
Nuria.
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